

Fecha: 11-12 abril 1987
Pontífice: Juan Pablo II
Tema: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en Él» (1Jn 4,16).
Himno: Un nuevo sol
La vida, sin amor, no tiene sentido. Sin amor el hombre no puede comprenderse, no puede darse respuestas. De hecho, el amor implica el encuentro y la confrontación, el apreciarse y el salir al encuentro, el entender y entenderse, el reconocer al otro y el ser reconocido por el otro. Sin amor no sabemos quienes somos, no podemos esperar, no podemos ser testigos.
En una etapa de la vida tan delicada e intensa como es la de la juventud, detenerse, reflexionar y experimentar el valor del amor es indispensable para poner las bases del propio futuro, para empezar a interrogarse sobre las propias opciones. Este es el otro tema que trató Juan Pablo II: la vocación. El Papa llamó a los jóvenes a ser «hombres nuevos», capaces de desafiar las insidias de lo efimero y el vacio que deja en el alma. Invitó a todos a «crecer en humanidad, a poner como prioridad absoluta los valores del espíritu […] reconociendo y aceptando cada vez más la presencia de Dios en vuestras vidas, la presencia de un Dios que es Amor». Conocer el amor y crecer en él es la perspectiva de la cotidianidad de la vida, el continuo presente del cristiano y también su memoria y espera, es el infinito al que somos llamados a experimentar en la finitud..
Todas las intervenciones del Santo Padre: https://www.vatican.va/gmg/years/gmg_1987_sp.html
Síntesis elaborada sobre la base de la ficha publicada por frontierarieti.com, órgano de la Diócesis de Rieti