Manila, Filipinas (1995)

Fecha: 10 – 15 de enero de 1995

Pontífice: Juan Pablo II

Tema: «Como el Padre me envió, también yo os envío» (Jn 20, 21)

Himno: Tell the world of his love (Anunciad al mondo su amor)

En ninguna de las JMJ precedents a la de 1995 había participado tantas personas: unos 5 millones, un record todavía hoy no superado que ha entrado en el Guiness de los récords. Incluso participaron  representantes de todas las comunidades católicas chinas y, al terminar la Celebración eucarística en “Luneta Park”, el Papa saludó en mandarino. El Papa les recordó a los jóvenes que el hombre alcanza la perfección mediante el don de sí mismo a los demás.. En el mandato que Jesús hace a sus discípulos, y por tanto a los jóvenes, está implicitamente encerrada la dimensión de la donación. En la respuesta al mandado no hay solo una mera petición o una oportunidad porque, tanto la respuesta a la llamada, cuanto la donación de sí, el servicio, son dos caras de la misma moneda. «Es como la luz del sol, que por su misma naturaleza disipa las tinieblas; es como el agua de un manantial limpio, que brota incontenible del centro de la roca. […] La Iglesia confía a los jóvenes la tarea de proclamar al mundo la alegría que brota de haberse encontrado con Cristo». En las palabras que el Papa les dirige a los jóvenes constantemente les recuerda que tienen que convertirse en «ardientes comunicadores de la Palabra que salva», que se dejen «seducir» por Cristo, que sean constructores de esa Paz cuyas raíces «están dentro del corazón de cada uno, si sabe acoger el deseo del Redentor resucitado».

Todas las intervenciones del Santo Padre: https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/travels/1995/travels/documents/trav_asia-oceania.html

Síntesis elaborada sobre la base de la ficha publicada por frontierarieti.com, órgano de la Diócesis de Rieti