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JMJ 2019: la conversión ecológica en acción

Manifiesto de los jóvenes de la JMJ 2019 para el cuidado de la casa común – Panamá

III Congreso Internacional sobre la Salvaguardia de la Creación

 

19 de enero de 2019, Ciudad de Panamá

 

Nosotros, los jóvenes católicos de la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá, nos proponemos elevar nuestros corazones y mentes en alabanza, alegría y gratitud a Dios por el hermoso don de nuestra querida “hermana Madre Tierra”, según la feliz expresión de San Francisco. Como nos recordó el Papa Francisco, al mismo tiempo somos dolorosamente conscientes de que existe “un gran deterioro de nuestra casa común” (Laudato Si’, 61).

 

Convencidos de que “podemos cooperar como instrumentos de Dios para el cuidado de la creación” (LS 14), pedimos a todos, y en primer lugar a nosotros mismos, acciones urgentes para proteger nuestro planeta y a las personas más pobres y vulnerables.

 

1. Injusticia hacia los pobres de hoy y de las generaciones futuras.

 

Nuestro futuro y el futuro de quienes nos suceden corren grave peligro. La humanidad lleva mucho tiempo recorriendo un camino irresponsable de destrucción ambiental que ya precariza el presente y pone en peligro el futuro. En primer lugar, debido a la crisis climática, ya presenciamos impactos devastadores en todos los continentes, con un aumento de la temperatura media de 1 °C. El planeta corre el riesgo de superar el catastrófico umbral de 1,5 °C de calentamiento global si el Acuerdo de París no se implementa de forma generalizada y oportuna. En segundo lugar, la crisis de la biodiversidad ya nos ha llevado al centro de la sexta extinción masiva, con la desaparición irreversible de especies animales y vegetales. En este sentido, los obispos latinoamericanos¹ y el documento preparatorio del Sínodo sobre la Amazonía² nos recuerdan que los pueblos indígenas tienen un papel decisivo en la protección de sus tierras ancestrales frente a la explotación indiscriminada. Además, otras crisis relacionadas, de igual importancia, como la crisis del agua, hacen aún más alarmante la situación de nuestra casa común. Laudato Si’ enfatiza que «las predicciones catastróficas ya no pueden verse con desprecio e ironía. Podríamos dejar a las generaciones futuras demasiados escombros, desierto y suciedad» (LS 161). Además, como han reconocido los obispos de todos los continentes, «la generación actual no está haciendo lo suficiente para dejar un planeta sano. Ser tan miope es cometer una injusticia inaceptable». 3 Somos conscientes de que la crisis ecológica no es solo una injusticia intergeneracional, sino también intrageneracional hacia los pobres y los más vulnerables.

 

Como escribió el Papa Francisco: «Tanto la experiencia común de la vida cotidiana como la investigación científica demuestran que los efectos más graves de todas las agresiones ambientales los sufren los más pobres» (LS 48). Así, la crisis migratoria está estrechamente relacionada con la destrucción del medio ambiente: «Muchos que apenas pueden permitírselo ya se ven obligados a abandonar sus hogares y emigrar a otros lugares, sin saber cómo serán recibidos».4

 

El tiempo se agota y muchos líderes aún no han emprendido con convicción las transformaciones necesarias para proteger nuestra preciosa casa común y a todos sus habitantes.

 

2. Una auténtica y urgente conversión ecológica.

 

Reconocemos que la crisis ecológica es síntoma de una crisis más profunda en el corazón humano, que nos recuerda el llamado profético de San Juan Pablo II a «estimular y apoyar la 'conversión ecológica' que ha hecho a la humanidad más sensible a la catástrofe hacia la que se encaminaba».5 Oramos para que esta peregrinación a Panamá se convierta en un hito importante en la conversión ecológica de todos los participantes en la Jornada Mundial de la Juventud, ya que, para nosotros los cristianos, «vivir la vocación de ser custodios de la obra de Dios es parte esencial de una vida virtuosa; no es algo opcional ni un aspecto secundario de la experiencia cristiana» (LS 217).

 

Conscientes de nuestra parte de responsabilidad en la actual crisis ecológica, sentimos una profunda necesidad de arrepentimiento. En palabras del Papa Francisco, «una relación sana con la creación es una dimensión de la conversión integral de la persona, que implica el reconocimiento de nuestros errores, pecados, vicios o negligencias y conduce a un sincero arrepentimiento, a un cambio interior» (LS 218). La Iglesia tiene un papel fundamental en la promoción de esta conversión ecológica dentro de sí misma y en todas las realidades sociales, económicas, políticas e institucionales. Nos alienta cómo Laudato Si’ es fuente de una labor eficaz para instar a todos a cuidar la Creación, con innumerables iniciativas en todo el mundo que guían la acción de transformación hacia una ecología integral. Pero la urgencia es tal que todos debemos hacer mucho más y con mayor urgencia.

3. El papel de los jóvenes católicos.

 

Como reconocieron los Padres Sinodales, entre los jóvenes existe una fuerte y generalizada sensibilidad hacia las cuestiones ecológicas y de sostenibilidad, que la encíclica Laudato Si’ ha sabido catalizar.

 

En particular, esta sensibilidad se traduce en un llamado a la acción a todas las clases dirigentes, porque «los jóvenes nos exigen un cambio» (LS 13). De hecho, existe un dinámico movimiento juvenil que crece en todo el mundo y que insta enérgicamente a la generación en el poder a tomar en serio el cambio climático y la crisis ecológica.

 

Los jóvenes activistas están emprendiendo acciones sin precedentes, desde huelgas estudiantiles por el clima hasta acciones legales contra los gobiernos por no hacer lo suficiente para combatir el cambio climático.

 

En este contexto, los jóvenes católicos también estamos avanzando como nunca antes. Tomemos en serio el llamamiento de Laudato Si’ que nos invita a tomar “decisiones drásticas para revertir la tendencia del calentamiento global” (LS 175) y unamos nuestra voz a la voz profética de tantos otros jóvenes comprometidos con el medio ambiente. Como bien expresaron los Padres Sinodales, “los jóvenes desean aprovechar al máximo sus talentos, habilidades y creatividad, y están dispuestos a asumir responsabilidades”, aprovechando la experiencia de las personas mayores y la rica tradición cultural y espiritual de nuestra Iglesia.

 

4. Nuestros compromisos.

 

Somos conscientes de que nosotros, jóvenes católicos, no estamos haciendo lo suficiente.

A pesar de los compromisos asumidos en conferencias anteriores sobre la protección de la creación, con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud de 2013 y 2016, todavía no nos movilizamos lo suficiente por nuestra casa común. Concretamente:

 

I. Nos comprometemos a vivir Laudato Si’ en lo concreto de nuestra vida diaria, desarrollando una “espiritualidad ecológica” (LS 216) y adoptando estilos de vida sostenibles. El cambio también es posible mediante pequeñas acciones cotidianas como «evitar el uso de plástico o papel, reducir el consumo de agua, separar los residuos, cocinar solo lo que se pueda consumir razonablemente, tratar con cuidado a los demás seres vivos, usar el transporte público o compartir coche, plantar árboles, apagar las luces innecesarias, etc.» (LS 211).

 

II. Nos comprometemos a estudiar y comprender mejor la cuestión ecológica, con el fin de promover e implementar los cambios necesarios en todos los niveles: en nuestras familias, escuelas, universidades, lugares de trabajo, clubes deportivos, a través de los medios de comunicación y la cultura, etc.

 

III. Nos comprometemos a instar con valentía a los obispos y líderes de la Iglesia a que se tomen más en serio la crisis ecológica. Guiados por el llamado del Papa Francisco a los jóvenes católicos a ser provocadores, a «lío» (que en español significa «hacer ruido» y «movilizarse»), seremos disruptores «incómodos», pero creativos y positivos, en nuestras diócesis, parroquias y comunidades, para ayudar a la Iglesia a salir de la indiferencia y las posturas cómodas.

 

IV. Nos comprometemos a apoyar a la Iglesia ofreciendo nuestro tiempo y talentos para animar a nuestras comunidades a cuidar mejor la creación; a colaborar, también a un nivel más amplio, para interpelar proféticamente e impulsar a los líderes políticos a la acción, ya que la Iglesia «debe afirmar esta responsabilidad en la esfera pública para proteger al hombre de la autodestrucción» (Caritas in veritate, 51).

 

V. Nos comprometemos a ser solidarios y colaborar, sin perder nuestra identidad y visión integral de los problemas, con todos aquellos que, como el movimiento ambientalista y otros, trabajan para defender y proteger nuestra casa común. Para un cambio verdadero, será importante trabajar juntos. La unión hace la fuerza. Este es el espíritu con el que nació la «Generación Laudato Si», una nueva red de jóvenes católicos para coordinar esfuerzos, aprender unos de otros y maximizar la contribución de todos.

 

5. Nuestras peticiones.

 

Pedimos a los obispos y líderes de la Iglesia que aceleren la implementación de Laudato Si’ mediante:

 

I. Fomentar la conversión ecológica continua mediante programas educativos y de formación a todos los niveles, acompañados de iniciativas especiales para cultivar la dimensión ecológica de nuestra fe, incluyendo la celebración anual del Tiempo de la Creación. Es necesario, por lo tanto, superar un interés a menudo marginal y episódico y avanzar hacia un compromiso sistemático y orgánico.

 

II. Promover una conversión de estilos de vida orientados a la simplicidad y la sostenibilidad, mediante el compromiso de migrar las estructuras eclesiales hacia energías 100% renovables y alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de carbono para 2030 o antes.

 

III. Adoptar directrices sobre inversiones éticas que distancien el capital de de combustibles fósiles (“desinversión”), considerando que, si queremos respetar el límite del Acuerdo de París, debemos “mantener la mayor parte de los combustibles fósiles bajo tierra”9; como se indica en el documento final del Sínodo de la Juventud (153).

 

IV. Teniendo en cuenta las indicaciones del Sínodo de la Juventud y los trabajos preparatorios del próximo Sínodo sobre la Amazonía, debemos apoyar a los jóvenes en la implementación de programas para el cuidado de nuestra casa común y, en particular, promover proyectos para defender ese “pulmón del planeta” (LS 38) que es la selva amazónica con sus habitantes indígenas.

 

También solicitamos a los líderes políticos y a las instituciones competentes que aborden con decisión y urgencia los principales problemas también señalados por los científicos:

 

I. Con el objetivo de lograr energía 100% renovable, para “poner fin a la era de los combustibles fósiles”10, en consonancia con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 °C;

 

II. Implementar el Pacto Mundial sobre Migración para abordar la cuestión de los refugiados ambientales y garantizar que nadie se quede atrás.

 

III. Trabajar para proteger al menos el 30 % de los ecosistemas del planeta para 2030, con especial atención a las comunidades indígenas que viven en estas regiones de alta biodiversidad, en aplicación del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas.

 

IV. Comprometerse activamente con el acceso universal y equitativo al agua potable para 2030, como lo prevé el Objetivo 6 de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU);

 

V. Adoptar un modelo de economía circular para superar el mito moderno del progreso material ilimitado (LS 78) y el paradigma del crecimiento ilimitado (LS 106).

 

Invitamos a todos los jóvenes del mundo a unirse, más allá de las diferencias, para cuidar la casa común.

 

Que San Francisco y los Santos Patronos de la JMJ 2019 nos bendigan y nos guíen en este fascinante compromiso.

 

1 CELAM, Carta Pastoral “Discípulos Misioneros, Guardianes de la Casa Común – Discernimiento a la Luz de la Encíclica Laudato Si’”.

2 “Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral”: Documento Preparatorio del Sínodo de los Obispos para la Asamblea Especial para la Panamazonía. Región, 08.06.2018.

3 Declaración Conjunta de las Conferencias Episcopales sobre Justicia Climática, octubre de 2018: http://bit.ly/bishops-statement.

4 Papa Francisco, Discurso, 9 de junio de 2018.

5 San Juan Pablo II, Catequesis, 17 de enero de 2001.

6 Documento Final del Sínodo de los Obispos sobre “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, 46.

7 La “Generación Laudato Si” es una red de jóvenes católicos (que incluye redes como el Movimiento Estudiantil Católico Internacional, la Juventud Estudiantil Católica Internacional, la Red de Jóvenes Católicos para la Sostenibilidad Ambiental en África, la Alianza Verde Don Bosco, las Iniciativas Juveniles de Cáritas, etc., coordinadas por el Movimiento Católico Mundial por el Clima) que se lanzará oficialmente en el escenario principal de la JMJ el 25 de enero de 2019.

8 El Tiempo de la Creación, promovido por el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral (http://bit.ly/letter-soc), se celebra cada año entre septiembre y marzo de 2019. 1, Jornada Mundial de Oración por la Creación, y 4 de octubre, Festividad de San Francisco de Asís. Para más información: www.seasonofcreation.org

9 Papa Francisco, Discurso a los Ejecutivos de las Grandes Empresas Energéticas, 9 de junio de 2018.

10 Llamamiento de los Obispos Continentales a los Negociadores de la Conferencia COP 21, octubre de 2015.

15 septiembre 2022